Contrato de franquicia: cláusulas clave que no debes pasar por alto

Al invertir en una franquicia, el contrato es el documento que establece de forma detallada las reglas de la relación entre franquiciador y franquiciado. Aunque cada enseña tiene sus particularidades, existen cláusulas comunes que conviene analizar con atención. No se trata de asesoría legal, sino de una guía didáctica que ayuda a comprender los puntos más relevantes antes de dar un paso tan importante.

1. Objeto del contrato y derechos de uso de la marca

El contrato de franquicia comienza aclarando qué cede el franquiciador: el derecho de utilizar la marca, el know-how y los sistemas de gestión. Este punto define hasta dónde llega la autorización y en qué condiciones se puede emplear la imagen corporativa. Conviene revisar que la marca esté debidamente registrada y que el uso concedido sea exclusivo en el ámbito territorial acordado.

2. Duración y renovaciones

La duración inicial suele oscilar entre 5 y 10 años, dependiendo del sector. Es clave comprobar qué ocurre al finalizar: ¿hay opción de renovación?, ¿en qué condiciones?, ¿con qué preaviso? Este apartado condiciona la estabilidad de la inversión y el horizonte temporal de amortización.

3. Canon de entrada, royalties y otras contraprestaciones

Aquí se detallan los pagos que debe realizar el franquiciado: canon de entrada (único, al inicio), royalty de explotación (habitualmente un porcentaje de las ventas) y canon de publicidad. También pueden figurar cuotas tecnológicas o pagos por formación. Es esencial verificar si existen mínimos garantizados y cómo se aplican, ya que impactarán directamente en el margen operativo.

4. Exclusividad territorial

Una de las cláusulas más sensibles. El contrato puede otorgar al franquiciado un territorio exclusivo, en el que no se abrirán otras unidades de la misma marca. La amplitud de este territorio y las condiciones de la exclusividad marcan la diferencia entre un negocio con potencial de crecimiento y otro expuesto a la canibalización interna.

5. Obligaciones del franquiciador

El franquiciador se compromete a transmitir el know-how, ofrecer formación inicial y continuada, dar soporte operativo y realizar acciones de marketing de marca. Conviene revisar que estos compromisos estén descritos con claridad y no se limiten a declaraciones generales. Un buen contrato debe especificar la frecuencia de las formaciones, los canales de asistencia y los mecanismos de actualización de manuales operativos.

6. Obligaciones del franquiciado

Del lado del franquiciado, se incluyen aspectos como mantener la imagen corporativa, respetar el manual de operaciones, adquirir determinados productos a proveedores homologados o cumplir objetivos de calidad y servicio. Es importante entender hasta qué punto estas obligaciones condicionan la gestión diaria y qué grado de autonomía real queda para tomar decisiones.

7. Confidencialidad y no competencia

La transmisión de know-how requiere una cláusula de confidencialidad. Asimismo, se establecen limitaciones de competencia: durante el contrato, y en ocasiones también después de su finalización, el franquiciado no podrá explotar negocios que compitan directamente con la marca. Es conveniente comprobar los plazos y el alcance de estas restricciones para evitar conflictos futuros.

8. Resolución y causas de terminación

El contrato enumera las causas que permiten rescindir la relación: impago de cánones, incumplimiento del manual operativo, uso indebido de la marca, entre otras. El franquiciado debe conocer bien estos supuestos para anticipar riesgos. También es relevante ver qué sucede en caso de venta del negocio o transmisión de la unidad a un tercero.

9. Inversión en reformas y actualizaciones

Algunas franquicias exigen adaptar la imagen del local cada cierto tiempo. El contrato debe reflejar si esas inversiones corren a cargo del franquiciado y con qué periodicidad se esperan. Estos costes, aunque no sean inmediatos, impactan en la rentabilidad a medio plazo.

10. Jurisdicción y arbitraje

Por último, se fija el marco jurídico que regula el contrato y la jurisdicción competente en caso de conflicto. En algunos casos se contempla la posibilidad de acudir a arbitraje, un mecanismo más rápido y económico que los tribunales ordinarios.

Una herramienta para garantizar franquicias rentables

El contrato de franquicia no debe verse como un mero trámite. Es, en realidad, el pilar que garantiza que la relación sea transparente, equilibrada y, en última instancia, rentable. Analizar cada cláusula con detenimiento permite al emprendedor entrar en la red con seguridad y confianza.